Luis Longhi
Arquitecto, escultor, escenógrafo y museógrafo peruano nacido en la ciudad de Puno en 1954.
Arquitecto de la Universidad Ricardo Palma en 1980. Maestrías en Diseño Arquitectónico y Bellas Artes. Mención en Escultura de la University of Pennsylvania, 1984. Como estudiante conoció a BV Doshi quien lo invitó a trabajar en su estudio de Amhedabad, India, donde pasó seis meses diseñando sistemas de alojamiento y visitando los proyectos en que Doshi colaboró con Le Corbusier y Louis Khan. Estando en los EEUU, trabajó como asistente personal de Adele Santos en su estudio de Filadelfia, para continuar después su práctica profesional en las oficinas de David Slovic Arquitectos, Bower Lewis & Thrower Architects en Filadelfia, Gruen Associates en Los Angeles y Farrington Design Group en Atlanta. En 1994, después de 13 años de experiencia en los EEUU, Longhi regresó a Perú, donde comenzó su práctica profesional, académica y como conferencista internacional.
Casa de Playa Lefevre
Entre arena y agua
Concebida como el lugar donde el árido desierto peruano se encuentra con el Océano Pacífico, esta casa de playa ubicada en Punta Misterio 117 km. al sur de Lima, es una intervención donde la integración de la arquitectura y el paisaje fue una preocupación importante.
Los techos de jardín de arena actúan como la extensión del desierto; Las piscinas de entrenamiento y recreación conectan el océano con la casa, mientras que una caja de vidrio cuelga de la estructura que simboliza la arquitectura entre la arena y el agua.
Casa Pachamac
Una casa para la jubilación de una pareja de filósofos
El lugar
En el antiguo Perú la selección del lugar era la actividad mas importantes en el proceso de la construcción de una obra de arquitectura, solamente después de hallar el lugar correcto los incas decidían el uso y la intervención del mismo, en esas condiciones generalmente con muy poca intervención se lograban edificios muy bien integrados al entorno. Este es el caso por ejemplo del Templo del Sol y del Templo de la Luna en la zona de Machu Picchu.
En la actualidad muy poca gente sigue esa tradición y por el contrario generalmente la necesidad de un uso y la búsqueda del lugar nunca llegan a encontrarse.
En el caso de la Casa Pachacamac el orden fue como en los viejos tiempos es decir los clientes encontraron el lugar y las circunstancias hicieron que este sea el sitio perfecto para pasar sus años de jubilación.
Este pequeño cerro rodeado de montañas esta ubicado a solo 40 kilómetros al sur de Lima en una zona rural cerca de restos arqueológicos PRE Incas donde la falta de energía eléctrica, agua y desagüe hacen del lugar el perfecto escenario para intentar la búsqueda de una arquitectura peruana contemporánea.
El cliente
Siendo el trabajo del arquitecto aquel de interpretar los sueños del cliente podría decirse que las oportunidades de diseño van en proporción directa a lo interesante que resulte el usuario.
Cuando uno como arquitecto se encuentra interpretando filosofía através de sus clientes, llega a resultados gratamente inesperados.
El concepto
La respuesta de intervención en el lugar fue la de “enterrar” la casa en el cerro, tratando de crear un dialogo equilibrado entre arquitectura y paisaje, donde las relaciones del afuera y el adentro se convierten en una interpretación constante de la materialidad de la obra apreciando através de la luz y la oscuridad el sentido de protección y albergue de la casa.
Casa Chullpas
El auto encargo de la Casa Chullpas se da por el amor que tiene el arquitecto hacia su obra con mayor relevancia a nivel internacional, «La Casa Pachacamac», adyacente a la casa, misma que le ha entregado orgullo, admiración, alegrías y emociones infinitas.
Por este motivo, nació el deseo de mantenerse cerca; comenzó con un muro de piedra en el paisaje, como señal de presencia en los lotes colindantes y, terminó en una casa taller sin ningún orden aparente, excepto el de tener la lógica de la autoconstrucción en base a la economía del arquitecto.
Sorprendentemente, la casa se convierte en el contenedor de los distintos objetos creados a lo largo de 40 años de vida profesional, organizados en partes estratégicas, techos, corredores, chullpas, andenerías, entre otros. Sin haber sido consciente de tal circunstancia durante el diseño, ni en el proceso de autoconstrucción.
Adicionalmente se construyó una «casa de huéspedes» que alberga esculturas y abraza recuerdos tangibles que forman parte de la trayectoria del arquitecto, como pequeños pedazos de las ruinas que dejó el incendio del teatro municipal de Lima, donde desarrolló parte de su etapa como escenógrafo.
La «Casa Taller Chullpas» es el lugar donde el arquitecto planea morir, ya habiendo predestinado un espacio para abrigar sus cenizas, donde la vida triunfa sobre la muerte, pues también desea vivir la mejor etapa de su vida como arquitecto, escultor, escenógrafo, profesor, conferencista, comunicador, y todo lo que tenga que ser, es el lugar donde será todo y será nada.
Citando a Barragán:
«La certeza de nuestra muerte es fuente de vida, y en religiosidad implícita en la obra de arte triunfa la vida sobre la muerte».
Finalmente, esta casa/taller/palacete es el corazón del arquitecto, es él mismo convertido en arquitectura, es el manifiesto de su interior.
«El arte es el lenguaje del inconsciente, es la expresión del silencio, es la materialidad del alma, es volver tangible lo intangible, es magia» (Luis Longhi, 2021).
Casa de Playa Verónica
Así como el Perú es reconocido por su comida o por su música como representación cultural, el intento por que su arquitectura también lo sea, se ha convertido en una de las motivaciones más importante de nuestro trabajo. Este intento lo realizamos de una manera más intuitiva que racional, más sintiendo y reaccionando a nuestra propia naturaleza que analizando o justificando nuestras acciones con historia o referentes. Es así como presentamos esta casa a nuestros clientes y es así como aprendimos o comprobamos los muchos complejos que tenemos los peruanos para reconocernos como tales.
La intervención fue concebida como el encuentro feliz entre lo artificial y lo natural.
Así, una piscina de casi 40 metros de largo y una escalera de varios niveles son los elementos arquitectónico paisajista que permitieron la integración con el lugar buscando siempre el equilibrio entre lo natural (la roca del lugar) y lo artificial representado por la arquitectura misma.
La zona social está a nivel de la terraza piscina en una plataforma elevada, esculpida en el cerro, misma que tiene un cerramiento vidriado basado en un sistema de rieles que permiten que todas las mamparas se junten en el lado norte de la casa logrando integrar los ambientes de sala, comedor, cocina con la terraza y piscina.
Las zonas íntimas son acomodadas en un volumen de dos niveles que “flota” sobre la mencionada terraza. Dicho volumen arquitectónico genera un diálogo agradable con la roca tanto del lado norte como sur del lote, mediante una composición volumétrica que podría interpretarse como la geometrización de la naturaleza del lugar.
La materialidad de la casa se resuelve con el uso equilibrado de cinco materiales principales: Granito lavado y pulido, con colores derivados de la roca natural del contexto.
Concreto expuesto, aplicado a elementos arquitectónicos específicos, como a una viga artística que sirve de soporte del sistema de vidrios en el nivel de la terraza, al igual que en algunos pasos de la escalera principal y en marcos de ventanas y puertas. Madera shihuahuaco, en balcones y terrazas elevadas.
Muros y techos, pintados de blanco y vidrios, en lo posible creando volúmenes.
En conclusión se intentó una casa que se sintiera cómoda en el lugar recurriendo a lo único que puede unir a una comunidad, su cultura.
Casa Para Siempre
Cuando una joven pareja vino a mi oficina para encargar el diseño y construcción de una casa en la que vivirían para siempre, yo sabía que tenía en mis manos una gran oportunidad para continuar en mi búsqueda de la arquitectura ancestral contemporánea. En ese momento, yo estaba listo para dedicarle un tiempo exclusivo e interpretar sus sueños, con el fin de crear un “contenedor de vida”.
Mi visión de una casa especial se confirmó cuando fui al sitio por primera vez y me di cuenta de que ya estaba ocupado por una antigua casa, donde la pareja vivía con sus dos hijos. Entonces, la tarea consistía en demoler el material, pero manteniendo el espíritu con el fin de reemplazar la antigua construcción por una “casa para siempre”
La metáfora para el diseño era imaginar que se encontró una gran roca ancestral en el sitio y necesitaba ser tallada, con el fin de acomodar los espacios de vida.
Esta “piedra negra tallada” sería ocupada por un garaje para 4 autos, patio de servicio, cuarto de servicio y unos cambiadores para la piscina en el sótano y cocina, comedor y espacios de vida en el primer piso. Al tallar los espacios interiores se generaron muebles fijos, con fuerte textura que serian complementados con materiales naturales y artificiales, con el objetivo de mantener la alegoría de la piedra,que permanece lo más natural posible para finalmente ser percibida como parte del jardín.
Para completar la composición, la base de piedra negra soporta cuatro volúmenes en voladizo que contienen las habitaciones íntimas, representando las “piedras blancas flotantes” una vez deseadas por el cliente.